ANTECEDENTES

En el artículo de violencia escolar: Un análisis desde los diferentes
contextos de interacción Garay Rosa María, María Elena Ávila (2013) dicen que
la conducta violenta de los alumnos, se relaciona con factores individuales
como la autoestima, soledad, satisfacción con la vida, estrés psicológico y
empatía, pero que también tiene relación con factores familiares como clima
social familiar y comunicación con la madre y el padre, factores comunitarios
como integración, participación, sistemas informales y sistemas formales y de
que existen grandes similitudes en el grupo de adolescentes más violentos en
función del sexo. Por lo tanto deciden realizar un estudio en el que
Participaron 1723 adolescentes de ambos sexos, de entre 12 y 18 años,
escolarizados en cuatro centros de educación secundaria obligatoria. Se
efectuaron análisis multivariados y univariados de la varianza (MANOVA y
ANOVA). Los resultados mostraron que los adolescentes con alta violencia
escolar obtuvieron mayores puntuaciones que los adolescentes con baja violencia
en soledad, sintomatología depresiva, estrés, comunicación ofensiva y evitativa
con la madre y el padre, conflicto familiar y actitud hacia la transgresión.
Otro estudio muy interesante que habla sobre la Violencia Escolar entre
Iguales en Alumnos Populares y Rechazados por Teresa I. Jiménez Gutiérrez y
Henri Lehalle (2012) que han notado como los modelos psicosociales del
desarrollo en la adolescencia han apuntado hacia la importancia de considerar
la interrelación entre los contextos significativos para el adolescente
(familia, escuela y comunidad) en la compresión de su ajuste psicosocial. Sin
embargo, pocos estudios han analizado la influencia conjunta de estos contextos
en el desarrollo de un problema conductual específico como es la conducta
violenta en las escuelas. Con el presente estudio se pretende explorar los
nexos existentes entre la percepción del clima familiar, escolar y comunitario
en la violencia escolar teniendo presente el papel del bienestar y malestar
subjetivo del adolescente. Para poner a prueba estas relaciones múltiples se ha
utilizado una muestra de 1795 adolescentes de ambos sexos con edades
comprendidas entre los 11 y los 18 años. Los datos se analizaron mediante el
cálculo de un modelo de ecuaciones estructurales, incluyendo un análisis
multigrupo para alumnos rechazados y populares en el aula. Los resultados
obtenidos apoyan las relaciones esperadas y el modelo resultante es equivalente
para ambos tipos sociométricos.
Se ha identificado que hay muchos factores que pueden intervenir para
que un adolescente o joven llegue hasta el punto de convertirse en una persona
violenta con sus pares, pero muy pocas personas se han arriesgado a realizar
tal estudio por la magnitud de variables que pueda presentar para medir, sin
embargo Liliana Cardona Montoya (2010) en su estudio Estrategias de
intervención en procesos de paz escolar desde la psicología social comunitaria
se pretende explorar los nexos existentes entre la percepción del clima
familiar, escolar y comunitario en la violencia escolar teniendo presente el
papel del bienestar y malestar subjetivo del adolescente. Para poner a prueba
estas relaciones múltiples se ha utilizado una muestra de 1795 adolescentes de
ambos sexos con edades comprendidas entre los 11 y los 18 años. Los datos se
analizaron mediante el cálculo de un modelo de ecuaciones estructurales,
incluyendo un análisis multigrupo para alumnos rechazados y populares en el
aula. Los resultados obtenidos apoyan las relaciones esperadas y el modelo
resultante es equivalente para ambos tipos sociométricos.
Igualmente podemos hablar del estudio que ha realizado María José
Díaz-Aguado Jalón (2005) en su artículo llamado La violencia entre iguales en
la adolescencia y su prevención desde la escuela se analizan, desde una
perspectiva ecológica, los principales resultados obtenidos en las
investigaciones sobre violencia entre adolescentes: incidencia, características
de agresores y víctimas, diferencias en función de la edad y el género,
prestando una especial atención a la serie de estudios que su autora ha
dirigido con 826 adolescentes sobre las condiciones de riesgo y protección de
la violencia que sufren, ejercen u observan, en la escuela y en el ocio. A
partir de los cuales se propone desarrollar la prevención integrando
características de los programas específicos contra el acoso desde una
perspectiva más amplia, que permita superar las contradicciones más habituales
y rechazar todo tipo de violencia, así como el modelo de dominio-sumisión en el
que se basa. Y se destacan, como componentes clave para la prevención: el
desarrollo de la cooperación a múltiples niveles y el currículum de la
no-violencia. Los resultados obtenidos en un programa evaluado con 783
adolescentes confirman la eficacia y viabilidad de dichos componentes.
En la actualidad se ha concluido que los padres, son un ente, un factor
importante en el desarrollo de la personalidad, del carácter de los
adolescentes y jóvenes, es por esto que Pérez, Mª del Carmen et all, (2008) en
su estudio Los padres frente al fenómeno de la violencia escolar analiza su
opinión acerca de cuestiones relacionadas con la violencia escolar como son: el
origen, la situación actual, el papel que desempeñan sus propios hijos
(agresores, víctimas u observadores), y quién consideran es necesario que
intervenga para eliminar este tipo de conductas. Para ello, se ha utilizado el
Cuestionario de factores predictores de la violencia escolar para padres a una
muestra total de 414 padres/madres/tutores con una edad comprendida entre los
23 y 60 años, y una media de edad de 41,8 (DT=5,9). Los resultados nos muestran
como la mayoría de los padres indica que la violencia escolar ha aumentado
respecto a cuándo ellos eran niños, añadiendo además que sigue aumentando año
tras año, señalando como principal ámbito que influye en su etiología el
contexto social del sujeto, y considerando necesaria la intervención conjunta
entre los padres y los docentes, siendo más importante según ellos su propia
intervención que la de los docentes en solitario, o la de ambos conjuntamente.
Se siguen realizando estudios con cualquier tipo de sujetos, esta vez
con un grupo que ya vivió esa experiencia escolar y que ahora se encuentra en
un alto grado de estudio, Gázquez Linares, José J.; et all, (2008) en el estudio
Percepción del alumnado universitario sobre el origen de la violencia, la
muestra está compuesta por un total de 184 sujetos universitarios
pertenecientes a las titulaciones de Psicología y Magisterio de la especialidad
de Educación Infantil y de Primaria. Se ha utilizado el Cuestionario de
factores predictores de la violencia escolar para universitarios. Su aplicación
nos muestra que los/as universitarios/as consideran “La escasa educación en el
respeto a los demás y a las cosas” el aspecto que más influye en el origen de
la violencia escolar. La opinión general coincide con la opinión mayoritaria de
los hombres, mientras que las mujeres destacan “La pertenencia a un grupo de
iguales conflictivo”. Por último, observamos que medida que aumenta la frecuencia
con que se es víctima, agresor y observador, disminuye la importancia dada a
“La falta de dedicación por parte de los padres/tutores”, “La falta de
educación en valores como solidaridad, generosidad, bondad, etc.”, y “El
consumo de sustancias como el alcohol, tabaco, drogas, etc.” en el origen de
las conductas violentas dentro de la escuela.
Perspectiva
de la propuesta:

Es necesario que las personas entren a cuestionar esta
problemática desde lo más simple, hasta lo más complejo, muchos de los seres humanos
se sientan a mirar como los adolescentes y jóvenes se atacan, se hieren, se
molestan, se agreden tanto verbalmente como físicamente y no se hace nada por
rescatar valores morales y principios que antes se enseñaban, los mismos
maestros se han encargado de dejar a un lado esta parte que puede ser de gran
ayuda para estos jóvenes que de una u otra forma han sido abandonados por sus
padres y sus familias. Actualmente solo se observa desde un televisor, las
noticias que muestran los ataques entre ellos mismos, por cualquiera que sea la
causa, nadie hace nada, realizan estudios e investigaciones pero realmente no
se hace nada, ni siquiera hoy día se le exige a un joven tomar decisiones como
el trabajo terapéutico para lograr rescatarlo, porque los jóvenes no tienen
reglas, normas ni principios que seguir por lo tanto hacen lo que quieren. Hay
muchos interrogantes sobre esta problemática es por esto que nosotras hemos
decidido mirar el fondo y sacar las raíces de lo que realmente provoca este
caos estudiantil.